¿QUIERES CONOCER A JESÚS? SEGUNDA PARTE

septiembre 2, 2024
Series: 2024

Speaker: JESSICA SAUCEDO

 

La historia de Zaqueo nos enseña el amor de Jesús a través del cual podemos cambiar verdaderamente nuestras vidas.

 

Lucas 19:1-10

Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad.  Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico,  procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura.  Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí.  Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa.  Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso.  Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador.  Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.  Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham.  Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.

De Zaqueo aprendemos:

 

  • Que tenía un pasado del que no estaba orgulloso.
  • Fue una persona rechazada y odiada por la multitud.
  • Entendió que cualquier cosa a la que estés arraigado determinará tu fruto y te impedirá conocer a Jesús.
  • Renunció a su orgullo, al subirse a un árbol para poder conocer a Jesús.
  • No solo logró ver a Jesús, sino que logró que Jesús lo viera.
  • Jesús no vio el pasado de Zaqueo, Él vio un corazón hambriento y dispuesto a ser transformado.
  • Entendió que necesitaba la Presencia de Dios en su vida para lograr un verdadero cambio.
  • No tenía límites, tenía un corazón dispuesto a recibir todo lo que Jesús tenía para él.
  • Vivió una transformación completa y dio fruto inmediatamente.

 

Tal vez tengas mucho tiempo “conociendo a Jesús”, pero tal vez nunca lo has conocido realmente. Tal vez vivas una religión y no un estilo de vida.

¿QUIERES CONOCER A JESÚS? SEGUNDA PARTE